Es este, quizá, el Concierto más especial de música de José Padilla que se ha celebrado en el Real Casino de Madrid. En él dos artes sublimes, unidas por la pasión de componer y de pintar de dos artistas geniales, nos llevan por los infinitos caminos de la creación.
José Padilla obtuvo con su música la Legión de Honor de Francia, la Gran Cruz del Cristo de Portugal, la Encomienda de Isabel la Católica. La UNESCO ha declarado su música de Interés Universal, por unanimidad de su Consejo Ejecutivo representado por 205 países.
Modest Cuixart, Premio de la Bienal de Sao Paulo, obras en el MoMA de Nueva York, Antológicas en distintos países, amaba la música de Padilla, lloraba al escuchar sus tangos, se conmovía con la música dedicada a Rusia, recordaba su vida en Francia escuchando “Ca c’est Paris”, o escribía en su estudio mientras pintaba inspirándose en su música: “Este es mi recinto sagrado…”
Y junto a la pintura de Cuixart, carteles franceses de los años veinte de algunas de las creaciones del compositor.
Dos instrumentos, apasionados, la voz y el piano, en la garganta y las manos de Tatiana Melnychenko y Vadim Gladkov, nos acercaran a la emoción de la música de Padilla y al secreto de su éxito.
Acompañada por Gladkov, podremos disfrutar de la maravillosa voz de Melnychenko en un programa en el que a través de la música de José Padilla nos acercaremos a un mundo de viajes y sueños.
TATIANA MELNYCHENKO ha actuado en los más importantes coliseos del mundo: Metropolitan Ópera House de Nueva York, Covent Garden de Londres, Ópera de Israel, Ópera de Montreal, Auditorio Nacional de Música de Madrid, Konzerthaus de Berlín, Palau de la Música de Barcelona, Victoria Hall de Ginebra, Konzerthaus Dortmund, Tonhalle Düsseldorf y Odessa Philharmonic Theatre. Melnychenko crea y recrea las obras de los maestros de la música que encuentran en ella la intérprete ideal. Y el público de los teatros se rinde ante su presencia y su voz.
Plácido Domingo es uno de los grandes cantantes con los que ha compartido protagonismo interpretando la Abigail de Nabucco en la Arena de Verona.

 

 

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